Macron, ante su mayor dilema político: los tres escenarios que analiza tras la caída de Bayrou

La dimisión del primer ministro obliga al presidente francés a tomar una decisión clave para el rumbo del país

Internacional09 de septiembre de 2025
Manifestantes sostienen una pancarta que dice “Adiós Bayrou” mientras se reúnen en una protesta denominada “la fiesta de despedida de Bayrou” frente al ayuntamiento de Nantes, después de que el primer ministro francés François Bayrou no lograra asegurarse una mayoría de diputados en una moción de confianza durante una sesión extraordinaria en la Asamblea Nacional, Francia, 8 de septiembre de 2025. (REUTERS/Stephane Mahe)

La política francesa ha entrado nuevamente en turbulencia. El primer ministro François Bayrou, designado hace apenas nueve meses por Emmanuel Macron, fue derribado este lunes tras perder de forma abrumadora una moción de confianza en la Asamblea Nacional: 364 votos en contra frente a 194 a favor.

Bayrou, de 74 años, había convocado la votación con la esperanza de obtener respaldo para su ambicioso plan de ajuste presupuestario —44.000 millones de euros en recortes para 2026—, pero el movimiento se transformó en un suicidio político. Diputados de todo el espectro aprovecharon la oportunidad para forzar su caída y hundir a un gobierno que ya operaba en minoría.

La dimisión abre un nuevo capítulo de inestabilidad para la segunda economía europea, en un contexto marcado por presiones presupuestarias internas y un escenario internacional convulso.

Ahora, toda la responsabilidad recae en Emmanuel Macron. El presidente francés se enfrenta a tres alternativas, cada una cargada de riesgos.

La primera es nombrar a un nuevo primer ministro. Se trata de la vía institucional más probable, aunque no necesariamente la más sencilla: tanto Michel Barnier como el propio Bayrou tardaron semanas en ser designados, y en un Parlamento tan fragmentado será difícil encontrar una figura capaz de sostenerse en el cargo sin caer rápidamente. Mientras tanto, Bayrou continuaría en funciones como primer ministro interino.

Emmanuel MacronEmmanuel Macron

Otra opción es convocar elecciones anticipadas. Presionado por sus opositores —en especial por Marine Le Pen y su partido Agrupación Nacional—, Macron podría optar por disolver la Asamblea Nacional y llamar nuevamente a los franceses a las urnas.

Le Pen ha elevado la apuesta al exigir la disolución inmediata del Parlamento. Aunque no podrá presentarse a elecciones por su condena de inhabilitación en un caso de malversación de fondos europeos —pendiente de apelación en enero y febrero próximos—, confía en que su partido capitalice el descontento y alcance una mayoría. “Un gran país como Francia no puede vivir con un gobierno de papel, especialmente en un mundo tan turbulento y peligroso”, advirtió en la Asamblea.

Sin embargo, los sondeos anticipan que la Cámara volvería a dividirse en tres bloques (izquierda, centroderecha y ultraderecha), sin que ninguno logre una mayoría clara. El desenlace más probable sería, una vez más, un bloqueo legislativo.

La líder de la extremaLa líder de la extrema derecha francesa y diputada Marine Le Pen. (REUTERS/Benoit Tessier)

La tercera posibilidad es presentar su propia renuncia. Aunque más de dos tercios de los franceses reclaman su dimisión, Macron insiste en que permanecerá en el cargo hasta el final de su mandato. Su dimisión, por ahora, aparece como un escenario improbable.

La caída de François Bayrou no es solo la dimisión de un primer ministro, sino un síntoma más de la crisis institucional que atraviesa Francia. Macron debe ahora decidir entre maniobrar dentro de un sistema parlamentario adverso, arriesgarse a elecciones anticipadas que podrían reforzar a la ultraderecha, o resistir el desgaste con la promesa de mantenerse en el cargo hasta 2027.

Macron, incluso si logra nombrar a un nuevo primer ministro, enfrentará un escenario de parálisis crónica. Cada candidato que proponga necesitará no despertar el rechazo automático de la oposición, algo difícil en la Francia actual. Mientras tanto, el tiempo corre: los problemas presupuestarios no esperan, y el país sigue sometido a tensiones externas que requieren estabilidad política.

Sea cual sea su elección, el horizonte político francés se presenta incierto y lleno de tensiones, en un momento en el que el país necesita más que nunca liderazgo y estabilidad.

Fuente: Infobae.com 

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